Los vikingos

inmensos lienzos de luz aparecieron en el cielo, así como torbellinos y fieros dragones fueron vistos surcando el firmamento. Estos terribles presagios fueron sucedidos por la hambruna y, poco después, el sexto día antes de los idus de enero, una desgarradora incursión de hombres paganos asoló la iglesia del Señor en la Isla sagrada [de Lindisfarne] mediante la rapiña y la matanza (Crónica anglosajona, año 793). Aunque no fuera el primer episodio de este tipo, el saqueo del monasterio de Lindisfarne en el año 793 marca el comienzo de una era de terror para buena parte de Europa, un terror impuesto por invasores venidos del norte: los vikingos. Para sus víctimas en la Europa cristiana, estos vikingos eran poco menos que agentes del Anticristo, bárbaros inmisericordes que destruían todo a su paso. Los asaltantes septentrionales vinieron a alimentar la antigua imagen romana que contraponía el Mediterráneo, cálido y civilizado, con un norte bárbaro, frío y salvaje. Sus siniestros emblemas como el martillo de Thor o el cuervo de Odín simbolizaban la violencia y maldad de sus dioses paganos. Tuvieron tal impacto en el escenario político europeo que incluso han llegado a dar nombre a un periodo: la era vikinga. Fundaron reinos en Inglaterra, Irlanda, Francia, Rusia y posteriormente también en Sicilia; dieron impulso a la tendencia centralizadora en algunos de estos puntos, y asolaron buena parte de Occidente con sus correrías. El origen de la palabra vikingo es oscuro, pero sabemos que en antiguo noruego se traduce por merodeador, pirata, y es por tanto delicado utilizarla como etiqueta étnica, ya que los protagonistas de este fenómeno procedían de las actuales Noruega, Suecia y Dinamarca, con características diferenciadas en cada caso. A lo largo de las páginas que siguen nos adentrarnos en este fascinante periodo de la historia de Europa, con particular atención al primer siglo de expansión vikinga (s. IX), tratando de explicar sus causas, su desarrollo y los hechos y actores principales que lo protagonizaron. Esperemos que os resulten tan interesantes e informativas como las noticias que los cuervos Huginn y Muninn susurraban cada día a los oídos de Odín, estimulando vuestro pensamiento y anclándose en vuestra memoria.